Davilita
Pedro
Ortiz Dávila, es nuestro venerado “Davilita”. Nació el 21 de mayo de 1912 en el
barrio Pueblo Nuevo de Bayamón, Puerto Rico. Davilita solía quitarse la edad,
para aparentar ser más joven de lo que en realidad lucia; y en ocasiones decía
que nació en 1914, en otras ocasiones decía que nació en 1916. Nada, orgullo de
artistas y es lógico y hasta normal que los artistas se quieran quitar la edad.
No importa la edad, lo que si nos importa es que esta estrella que iluminó el firmamento boricua fue nacido en Puerto Rico. Aprendió a tocar guitarra sin maestros.
A la edad de 10 años
se matriculó en la
“Academia de Música de Bayamón y estudió flautín y el bombardino, pero él lo que quería ser
era cantar. Era admirador de El Trío Borinquen de Don Rafael Hernández.
Davilita
emigró a la edad de 15 años con su madre y su padrastro a la ciudad de Nueva
York, y fue a vivir al “Spanish Harlem”. En ese tiempo el barrio latino era predominantemente
dominado por boricuas y afroamericanos. Esa fue la razón por la cual Davilita
no perdió el dominio del idioma español. Tampoco perdió la cultura y tradiciones boricuas.
Pues, era un barrio altamente dominado
por la cultura popular boricua. En verano se escuchaban las congas, las maracas,
el güiro, el cuatro, la guitarra, los panderos, la bomba y la plena emerger de
las paredes de cualquier habitación o los escuchaba con las congas, como un
grito de guerra en las azoteas del vecindario, viniendo de los parques aledaños
a las comunidades latinas. Esos barrios
ahora los dominan dominicanos y mexicanos. Allí vivió y se crió Davilita, en
la calle 100 entre la avenida Primera y
la avenida Segunda.
Ante
esa ebullición cultural y el amor patrio que se respiraba a su alrededor, no le
fue difícil desarrollar sentimientos patrios que lo identificaran como
puertorriqueñista. A
parte de que el “Nacionalismo de Don Pedro”, que estaba a la sazón en el
ambiente, caló hondo en su conciencia, y
lo motivo a buscar horizontes.
Así
en 1929 a la edad de 17 años conoció a Don Rafael Hernández (El Jibarito) quien tenía
una tienda de discos a la altura de la calle 115 y la Avenida Madison, a solo
“16 o 17 “bloques de donde él vivía. Comenzó a frecuentar la tienda almacén de
música y venta de discos. Se hicieron amigos, y en esa relación con “El
Jibarito” fue que llegó
a conocer la letra del “Lamento borincano” y le pidió al Jibarito que le
permitiera cantarla. El quería ser el primero en cantar la canción que vino a
ser como un segundo himno y que inmortalizo a Rafael Hernández junto con la
canción “Preciosa”. El Jibarito le dijo que no, porque era muy joven para
interpretar aquella hermosa letra. A él no le importo ese primer “no” y continuó frecuentando el negocio “Hernández Record Shop”,
porque allí estaba el ambiente musical que él quería frecuentar para desarrollar
su oído musical y talento artístico.
El
autor del “Lamento borincano”, había considerado que Ramón Quiroz, Pedro Ortiz
Dávila y Fausto Delgado serian los responsables de interpretar la emblemática
canción que inmortalizó
a Rafael Hernández “El Jibarito”, pero Dios, determinó que sería Pedro Ortiz Davila (Davilita) en primera
voz, el responsable en interpretar por primera vez “El Lamento boricano”. En el
1930 se haría la grabación, pero Ramón Quiroz enfermó y tuvo que ser Davilita, quien grabara el estandarte
de nuestro “Lamento borincano, haciendo la primera voz junto con Fausto Delgado, y Manuel (Canario) Jiménez
Otero. La canción fue un exitazo en la voz de Davilita, le llovieron los
contratos para cantar el éxito que inició su carrera. Debido a ese éxito, Davilita fue atraído
por Pedro Flores, para conformar el “Cuarteto Flores” con Myrta Silva, Daniel
Santos, Pedro Flores Y Davilita. Fueron los años de gloria del Cuarteto Flores, luego Rafael Hernández
lo reclutó para
sustituir a Alberto Carmona en el Trío Victoria, junto a Rafael (Chino)
Rodríguez y Paquito López Cruz.
Era
una competencia de talento lo que estas dos organizaciones musicales se
jugaban. Fueron los años
de gloria de Davilita, quien llegó a grabar 300 discos de larga duración. Luego Rafael Hernández,
reclutó a
Mirta Silva para formar el Cuarteto Victoria, y hubo muchos éxitos con el
Cuarteto Victoria, hasta que Davilita fue perdiendo la voz por el uso excesivo
del alcohol, y lo sustituyó
Bobby Capó, para cumplir con los contratos previamente firmados. No fue que Rafael
Hernández le diera la espalda a Davilita, como se ha pretendido hacer ver. Fue
que Davilita no aceptó
ayuda, y no fue hasta que cayó preso en la cárcel “Las Tumbas” que decidió no
volver a probar una gota de alcohol. ¿Qué le sucedió en Las Tumbas? ¡No
sabemos, pero si sabemos que le sirvió de escarmiento! La respuesta nos la da
su compadre Bobby Capó, en la canción las Tumbas.
Davilita
nunca dejó de
sentir admiración por Rafael Hernández, le interpretaba las canciones con
verdadero patriotismo. Grabó
con Daniel Santos, el álbum “Los
Patriotas” y el álbum “Mi Gran Bandera”. Este último contiene el éxito, “Mi Patria
Tiembla”. Es la letra más comprometida de Rafael Hernández, con la problemática
social puertorriqueña..
“Mi
Patria Tiembla”
Mi
Patria tiembla, yo se por qué.
Nadie
más sabe, es un misterio
que
en ella se encierra y que
nadie
podrá adivinar.
Si
no aquellos nobles patriotas,
Que
yacen en sus tumbas frías
que
a tiempo murieron por su
Libertad.
……………………………………………..
Davilita fue compositor y
escribió, las canciones, “El Yunque y el cordero”, “Los Tres Patriotas”, “El Bambú”,
ejemplo de su respeto a su Partido Nacionalista, respeto a Don Pedro Albizu y respeto
a la influencia que tuvieron sobre él, Rafael Hernández
y Pedro Flores. Murió el 8 de julio de 1986, siendo fiel a Dios y a su ideal
libertario por su amada patria, quien lo venera como su “Cantante Nacional” y
ese título no hay quien se lo quite.
Edwin Otero Otero
Ponce
Créditos:
Fundación Nacional para La
Cultura Popular
Edwin Otero Otero
Sra. Fany M. Avila
Fereira, editora.