Sylvia Rexach González, nació en Santurce, Puerto Rico
el 22 de enero de 1921. Su nombre artístico es, Sylvia Rexach, nunca uso
seudónimos. Al igual que muchos otros artistas puertorriqueños, ella omitió el apellido de su progenitora. Dejo su
huella y nombre escrito en la historia musical de Puerto Rico mediante las
bellas composiciones que escribió, las obras de teatro donde participó y los
libretos cómicos que escribió.
A
la corta edad de 14 años dejo asombrada
a su maestra, cuando cursaba nivel superior en la Escuela Central Superior de
Santurce, y escribió los poemas: “Di Corazón” y
“Matiz de amor” que mas tarde fueron parte de su repertorio de canciones,
escritas por ella. Ambas canciones fueron grabadas en el álbum en su homenaje
titulado “La música de Sylvia Rexach”, por Carmen Delia Dipiní y Tato Díaz. En
dicho álbum, “Di Corazón” es cantada a
dúo por Carmen Delia y Tato Díaz, mientras que “Matiz de Amor” es cantada en un
solo de voz, por Tato Díaz. El álbum de estos dos artistas en homenaje a Sylvia
Rexach es una joya musical que todo buen coleccionista de la música
Puertorriqueña, debería conservar en su colección de discos.
Aunque no hay registro de su entrada a la universidad,
al terminar la escuela superior entró a la Universidad de Puerto Rico, la cual
no terminó porque se enlistó en el ejército estadounidense, cuando surgió la
Segunda Guerra Mundial. En el ejercito sirvió como “Clerical”. Al terminar la
segunda guerra mundial, se licenció y se casó con un oficial inglés que conoció en
el ejército, llamado William Riley.
Este oficial no creía en la “liberación femenina” y a
Sylvia le encantaba la bohemia y disfrutar del encanto y embrujo antillano que
tienen las noches boricuas. Llegaba de
madrugada a la casa y su marido la
golpeaba salvajemente, tanto así que terminaba en el hospital. Aun así le parió tres hijos, los cuales nombro William, Sharon y Sylvia
Riley. Ella ocultaba a la prensa del país el maltrato que sufría en su
matrimonio. Se esforzaba por dar una imagen de felicidad, pero en la última paliza
que le dio William Riley a Sylvia, casi la dejó muerta estando presente Myrta
Silva, quien lo dio a conocer a los medios de noticias.
Como trabajador social he visto esa historia repetirse
muchas veces, por jóvenes (damiselas) que son víctimas de maltrato por sus
respectivas parejas y no piden ayuda pensando que en algún momento su príncipe
azul recapacitara le permitirá vivir la vida con la libertad y deseos intensos
que ellas llevan adentro, pero terminan muertas. Ojalá esas “damiselas” tengan una amiga como
Myrta Silva que las socorra. Sylvia Rexach, no murió de las pelas físicas que
le dio William Riley, pero murió alcoholizada y con cáncer, por la mala vida
que le dio su pareja.
El país se entero de que el marido “ejemplar” de
Sylvia Rexach era un maltratante. Esa fue la última “pela” que sufrió,
pues el matrimonio culminó en divorcio. Esa noticia la difundió
el periodista Evelio Otero, salió a la
luz pública, la misma semana en que la iglesia Católica censuraba la canción de
Odilio González, por la música estilo guaracha, donde se bailaba pegadito a la
cintura estilo “bachata”.
Al licenciarse del ejército, Sylvia regreso a Puerto Rico, trabajo para Tommy Muñiz,
como libretista cómica. Luego se fue a trabajar con el comediante Ramón Rivera
“Diplo”. Así fue adentrándose al mundo
del espectáculo. Fue una artista muy versátil. Hacia radio, y teatro, cantaba
sus canciones en vivo por radio, hacia novelas radiales, tocaba la guitarra, el
piano y el saxofón, las maracas, escribía los comerciales, hacia teatro y
novelas. También escribía una columna semanal para uno de los periódicos
locales de la época, llamado: “El Diario
de Puerto Rico”. Sylvia Rexach fue una mujer adelantada a su época.
Fundó
el primer Combo de Puerto Rico, llamado
“Las Damiselas”, integrado por mujeres solamente. El significado de las
damiselas era una sátira a las mujeres jóvenes, bonitas. En ese combo estaban
incluidas Myrta Silva, Sylvia Rexach y María Esther Pérez Félix; (Esta última fue integrante del Dúo Pérez
Rodríguez, y quien posteriormente fue la primera esposa de Felipe Rodríguez).
María Esther Pérez Félix, fue sustituida posteriormente por Rita María Ortiz,
quien también la sustituyó en el Cuarteto Los Cuatro Ases. Estas tres
puertorriqueñas derrochaban todo su talento en cada espectáculo, y el público
las aplaudía a delirar. Sylvia murió joven a los 39 años, Myrta Silva murió a
los 60 años, y María Esther Pérez Feliz, sigue viva. El talento de esas tres
puertorriqueñas adelantadas a su época, fue aplaudido por una sociedad
“chapada” a la antigua, que no supo aquilatar ni valorar al 100 % el talento de
ellas. Su versatilidad es muy escasa en estos días. Ellas no tenían que
recurrir al chiste de doble sentido para
hacer reír al público, ni tuvieron que vestirse de hombre para hacer comedias.
Los cómicos de hoy día se visten de mujer para hacer reír.
Vivió la vida intensamente y con apasionamiento. Así
lo revelan las canciones que escribió. En “Olas y Arenas, dejo plasmada toda su
sensibilidad de poeta. En toda su poesía, se puede percibir el gran amor que
sintió por William Riley. Su repertorio incluye tanto canciones de amor y no de
despecho, como canciones que despiertan el deseo, el amor y la alegría por vivir. Sus canciones
son un elogio a la vida. En “Nave sin rumbo” se percibe un temor por el rumbo
que tomaría su vida que le ofrecía su “Capitán”. Ese rumbo la llevo al tabaquismo y el alcohol.
Nave sin
Rumbo
Es mi corazón una nave en el turbulento mar,
desafiando la fuerte tempestad
de eso que llaman amor.
Tú, lobo de mar, hacia dónde esta nave haz de llevar,
sin preocuparte apenas que rumbo tomaremos.
Dime capitán, tú que conoces las aguas de este mar,
si después de pasar la tempestad quedará sobre la calma
un inmenso vacío entre mis brazos,
o tal vez un corazón... hecho pedazos
____________________________________________
Su apego por vivir la vida con
intensidad, sus noches de bohemias dejaron un legado de bellas composiciones,
su vida se apago un 20 de octubre de
1961. Murió víctima de cáncer, y alcoholizada.
Honores:
·
Sus composiciones
han sido grabadas en diferentes discos de larga duración por una
variedad de artistas donde se recoge el legado de sus obras escritas a manera
de homenaje, ellos son: Marco Antonio Muñiz,
Danny Rivera, Lucecita Benítez, Gilberto Monroig, Carmen Delia Dipiní y Tato
Diaz, Lunna, Juan Luis Barry, Lourdes Robles, Chucho Avellanet, Linda Ronstadt
y Ednita Nazario. Si se me queda alguno les pido disculpas.
·
Su propia hija
Sharon Riley le rindió un homenaje.
·
En el 2001,
Sylvia Rexach fue póstumamente ingresada al “Salón de La Fama de La Música
Latina Internacional”.
·
”El Teatro Sylvia
Rexach” se nombró en su honor, en el año 2001.
·
En el Centro de
Bellas artes Luis A Ferré existe un Café Teatro nombrado en su honor Sylvia
Rexach.
·
En 29 de mayo de
2014 la legislatura de Puerto Rico honró 12 mujeres puertorriqueñas que se
destacan por sus meritos, legados y
virtudes con una placa a cada una y Sylvia Rexach fue una de ellas.
Edwin Otero Otero
Ponce
Créditos:
Fundación Nacional para La
Cultura Popular
Edwin Otero Otero