¿Navidades Gélidas o Boricuas?



¿Navidades Gélidas o Boricuas?

Ya muchos puertorriqueños, comenzaron a pintar sus casas para tenerlas lindas para Navidad. En los centros de trabajo del gobierno ya se reúnen para planificar con anticipación lo que será la fiesta de Navidad. También planifican como van a ser adornada las oficinas que reciben público, que les llega en busca de servicio. Una vez que pase el mes del Rosario y el día de las brujas, comenzaran a adornar las casas y las oficinas del gobierno. Cuando yo era solo un niño de 8 años, ya Don Abelardo Díaz Alfaro nos alertaba de las consecuencias de aceptar a “Santa Claus” en nuestras vidas, en su cuento “Santa Claus va a La Cuchilla.

La penetración cultural norteamericana ya se dejaba sentir en la televisión puertorriqueña. El día de las brujas no había penetrado tanto, como ahora. Fueron los maestros del Departamento de Educación con visión americanistas los que fueron imponiendo años tras años tradiciones norteamericanas. Así poco a poco Santa Claus fue sacando de los arbolitos de Navidad, al tradicional pesebre y al Niñito Jesús. En esa época usted visitaba un hogar pobre y por pobre que fuera lo menos que le obsequiaban era un plato del sabroso “arroz con dulce”.

Los arreglos u adornos de Navidad eran decorados con estampas campesinas o Jibaras.

Pero eso fue cambiando, y sustituimos al pesebre y al niño Jesús por Santa Claus, y sus figuras gélidas del polo norte. Así, poco a poco Jesucristo ha sido desplazado de nuestras vidas cotidianas para dar paso a la Navidad Gélida, o Navidad Blanca (fría), sin emociones o rasgos de sentimiento.

Usted habrá visitado o vivido en los Estados Unidos y habrá visto lo impersonal que son las Navidades allá. Nuestra Navidad es mas cálida y más humana. Ahora ya no insisten tanto en la penetración cultural de Santa Claus, ahora se insiste en que obviemos decir feliz Navidad y que digamos “Happy Holydays o Felices Fiestas”, para no ofender a los que no son cristianos. La fijación del norteamericano es sacar a Jesucristo de nuestras vidas. En primavera, el norteamericano evita por todos los medios la Pasión de Cristo, alegando que el conejo de pascuas es menos sangriento y menos violento. Podrá ser menos violento, pero es un mentiroso, le roba los huevos a las gallinas para dar una falsa alegría a los que se dejen engañar, además es puro comercio una forma ideada por el capitalismo para mover la economía en tiempo muerto. El conejo de pascuas va en contra de los diez mandamientos. La Pasión de Cristo les hace daño. ¿Si Jesús murió por mis pecados y los tuyos, porque no vamos a recordar su pasión? Ahora usted visita un hogar adornado con figuras gélidas, y ni una taza de café le ofrecen. Después nos preguntamos, ¿por qué María nos azoto tan fuerte si somos un pueblo cristiano? En verdad somos un pueblo cristiano? Regresa el pesebre a su lugar debajo del arbolito, regresa el nacimiento y su música jibara y deja la frialdad de la Navidad a los gringos y celebra la tradición al estilo Boricua. Aquí no cae nieve, ni va a caer nunca. ¡Ponle calor humano a tu Navidad! ¡No dejes que la corriente te arrastre!

Edwin Otero Otero
Ponce