Héctor LaVoe



Héctor LaVoe

Soy trabajador social de profesión, retirado, tengo un bachillerato en Sociología logrado en la Pontificia Universidad Católica de Ponce. Como sociólogo me gusta estudiar las historias de los individuos, los pueblos y sus raíces socio-económicas, pero las historias verdaderas. No me conformo con historias superfluas que lo que buscan es hacer dinero sin importar como afectan la vida de un individuo o la historia de uno o varios pueblos. El ultimo concierto que dio La Fania All Star, estando Héctor LaVoe en vida, uso al cantante llevándolo prácticamente a la fuerza y en contra de su voluntad al concierto. El cantante esta débil y no podía valerse por si mismo. Había que usar al cantante a toda costa porque él era quien atraía a las masas de fanáticos de la Fania. Me pregunto si también lo drogaron, para que pareciera motivante y elocuente.

Las dos películas que se hicieron de Héctor LaVoe, son películas superficiales que lo juzgan sin tener en cuenta su labor filantrópica en el caserío Arístides Chavier de Ponce y en el barrio Bélgica de Ponce. Nos vendieron la imagen negativa de un cantante de pueblo. No digo que “El Cantante de los Cantantes” era un ángel. Solo digo que lo demonizaron y el no era malo. Fíjese si no era malo, que el primer homenaje que le hicieron a Felipe Pírela se lo hizo Héctor LaVoe con el disco Cd “Recordando a Felipe Pírela”. La Fania pudo haber evitado que se propagara esa imagen negativa, pero lo permitió.

Soy puertorriqueño, y vivo orgulloso de mis raíces hispanas, tainas y africanas, y eso me lleva a querer conocer las realidades de mi gente. Tuve la oportunidad de escuchar muchas anécdotas positivas sobre Héctor LaVoe, “Uvita”, Cuquito, Juana La Loca, y Cheo Feliciano, y muchas historias de gente de pueblo; de parte de la población de clientes a los que serví, cuando fui técnico de Servicios Sociales en las Oficinas Locales de Ponce–I y Ponce-II. Estas son locales del Departamento de La Familia. No digo los nombres, y uso el apodo de “Cuquito”, “Uvita” y “Juana La Loca”, porque aunque ellos fueron mis clientes y aunque estoy retirado del Departamento de la Familia, me está vedado dar dicha información. A todo profesional se le prohíbe brindar a la luz pública información de su clientela, y los trabajadores sociales no son una excepción.

La película protagonizada por Jennifer López, y Mark Anthony, no me gustó y me molestó mucho, por el énfasis que le dieron a la parte negativa de su vida como el uso de drogas y que era un mujeriego y llegaba tarde a los conciertos, pero no hablaron de la labor filantrópica de Héctor LaVoe. Fania All Star se lucró de la fama de “El Cantante”, y Mark Anthony y Jennifer López se prestaron para proyectar la imagen distorsionada de Héctor LaVoe.

Si se hubiesen dado a la tarea de investigar primero al ser humano que había en ese individuo, hubiesen abortado la tarea de escribir una historia negativa del “Cantante de los Cantantes”. Pero no hicieron trabajo investigativo.

Héctor LaVoe, salía de gira artística por América Latina, y cuando regresaba, llegaba al residencial Arístides Chavier y al barrio Bélgica a vestir y suplir con uniformes y ropa escolar así como con libretas y bultos escolares a los niños de ese residencial público y esa comunidad pobre. Eso lo se porque entrevisté a muchos de mis clientes durante la época en que fui técnico de Servicios Sociales en Ponce-I y Ponce-II.

En esas dos comunidades, Héctor LaVoe era tratado como un rey. Lo querían y respetaban mucho.
En una ocasión entró al residencial Aristides Chavier, en aparente estado de embriaguez, y una pandillita que estaba en el residencial temprano de “mañana”, lo asaltó, le quitaron prendas, ropas y dinero. Le dieron una pela y lo dejaron tirado en el piso sin ropa, sólo en pantaloncillos. Muy mal por parte de los que lo hicieron. 

Héctor LaVoe, tenía muy buenas relaciones con el “bigshot” del residencial y fue y lo despertó. Denunció el abuso del que fue objeto. Me dijeron que le indicó con nombre y apellido quienes fueron. El “bigshot” los encontró en los predios del residencial, les dio una pela con su gente y apareció la ropa, las prendas y el dinero que le quitaron y luego los pandilleros fueron tirados a la basura. Esa parte me hubiese gustado mucho que la expusieran en una de las dos películas. Eso no lo hizo la Fania, después de haberse lucrado tanto del Cantante de los cantantes.

Héctor LaVoe, no era un pandillero o atracador y se daba a querer. Para las madres de los niños y ninas que el ayudaba era un angel.

Estas cosas son buenas traerlas a la luz pública para hacerle justicia al Cantante de los Cantantes. El 29 de septiembre cumpliría años, y sería bueno sugerirle a esas dos comunidades que él ayudó, a que le hagan una estatua o nombren una calle o edificio en reconocimiento a él. Eso de “edificio “A”, Edificio “B”, Edificio “C” puede cambiar a “Edificio Héctor LaVoe”, “Edificio Cheo Feliciano”, “Edificio Ismael Quintana”, “Edificio Pete Conde Rodríguez”, Y todos los demás soneros. Pueden también ser nombres de patriotas. Ejemplo Lola Rodríguez de Tió, Don Pedro Albizu, Lolita….!!!

Edwin Otero Otero
Ponce